Residencia del General Justo José de Urquiza. Construido en el medio del monte entrerriano a mediados del siglo XIX se constituyó en centro polÃtico relevante gracias al quehacer de su morador, el general Justo José de Urquiza.
Ubicado en las cercanÃas de la ciudad de Concepción del Uruguay, y a 70 Km. de la ciudad de Colón, fue concebido originariamente como la residencia principal de un próspero establecimiento rural, en el que todas las actividades económicas derivadas de las faenas del campo tuvieron cabida y desarrollo. La construcción del Palacio comenzó en 1840, terminándose 10 años después. Los arquitectos responsables de la construcción fueron: Jacinto Dellepiane y Pedro Fosatti, que se encargó de los últimos detalles y de la construcción de la capilla. La residencia posee dos grandes patios que conforman ambientes bien diferenciados. Las habitaciones del Patio del Parral, estaban destinadas para albergar algunos parientes, personal allegado y oficiales de las filas permanentes de San José. En el Patio de Honor se desarrollaba la vida familiar de San José. Los dormitorios de huéspedes se encuentran en el ala oeste. Muchos visitantes ocuparon estas habitaciones en diferentes oportunidades, en la mayorÃa de los casos personalidades de importancia nacional e internacional. Las visitas del entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Bartolomé Mitre en 1860, y la realizada por Sarmiento en 1870 dan cuenta del nivel y jerarquÃa que representaban esta casa y su dueño. La Sala de los Espejos constituÃa el ámbito apropiado para recepciones y reuniones importantes. El impresionante cielorraso que da nombre a la sala, fue realizado con más de cien espejos franceses y un artesonado hecho de madera de pino blanco importado. Una de las particularidades del Palacio es que todos los cielorrasos de la casa tienen un cielorraso diferente y se hicieron en madera de primera calidad, con finÃsima talla y decoración. Parques y Jardines del Palacio Los espacios verdes ocupan los accesos posterior y principal a la residencia y todavÃa conservan algunas de las especies plantadas en épocas de Urquiza. Varias esculturas de mármol de Carrara forman parte del paisaje del jardÃn. En el cruce de las avenidas encontramos el grupo escultórico Los Conquistadores. Además se conservan en este lugar, los restos el sistema instalado en 1856 que proveÃa agua corriente a la residencia. A ambos lados de la avenida principal, dos pajareras de hierro forjado realizadas en Bs. As. por Tomas Benvenuto servÃan para albergar aves exóticas que se distinguÃan por sus coloridos y vistosos plumajes y competÃan en hermosura con las plantas que también llegaban de lejanos lugares. Además de estos jardines la casa tenÃa otro lugar de esparcimiento y el disfrute al aire libre. Un lago artificial, construido muy cerca de la casa, fue la última gran obra llevada a cabo en el Palacio. TenÃa una extensión de 180m. de largo por 120m. de ancho y 5m. de profundidad. El agua que lo alimentaba se traÃa de una laguna cercana a través de cañerÃas y por bombeo. Urquiza mandó a construir un barco a vapor, el San Cipriano, para usarlo en este lago. La Capilla del Palacio Comenzó a ser construida en 1857 y dos años después fue consagrada por el Nuncio Apostólico Monseñor Marino Marini. Su cúpula fue decorada por el entonces joven pintor Uruguayo Juan Manuel Blanes a quien se le encargó la tarea en 1858. El altar de la capilla fue realizado en madera de cedro con aplicaciones de oro. La figura central muestra un San José con el Niño. En la parte superior de la bóveda del altar, tres figuras femeninas que representan las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad. En esta se conserva una hermosa pila bautismal de mármol de Carrara que constituye, sin dudas, una de las reliquias del Palacio. Fue traÃda desde Génova, en 1857, otra exactamente igual se conserva en El Vaticano.
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