Está ubicado en la ciudad de San José a 10 Km. de Colón. Este museo es un sÃmbolo de la herencia de nuestros inmigrantes. A mediados del siglo pasado, un grupo de europeos de Suiza, Saboya (Francia), y Piamonte (Italia) llegaron a las tierras de las tierras de la provincia de Entre RÃos para radicarse definitivamente, guiados por el deseo de trabajar, progresar y criar aquà felices a sus hijos.
Cuando la colonia cumplió cien años se formó una comisión de festejos que tuvo una idea brillante: pedirle a cada colono que donara lo más querido de la epopeya inmigratoria para formar un museo y conservar en él las reliquias para que las generaciones futuras conocieran su historia. Esta consigna se afianzó en diversas comisiones que celosamente cuidaron el patrimonio y hoy es un espacio de recuperación del pasado por sus propios protagonistas y descendientes. El museo se identifica entonces como una excepcional cantera histórica para la recreación de la vida cotidiana y del mundo inmigrante del primer ensayo de colonia agrÃcola de la provincia de Entre RÃos. El edificio donde se encuentra el museo data del año 1867. Es una antigua casa de una familia tradicional de la ciudad, perteneció a Doña Magdalena Romanzo de Izquierdo. En un principio, las salas habilitadas eran las correspondientes a la casa. Pero luego, el museo se extendió para alojar las crecientes colecciones y las numerosas actividades comunitarias que incluye la enseñanza de idiomas, capacitación agrÃcola, recitales de música o la edición de libros. Hoy, los 150 mts2 ambientados conforme a los moldes de la casa original sumados a los 100 mts2 del jardÃn, en el que se exhibe maquinaria agrÃcola, conducen a un pabellón de 1200 mtr2 destinado a desplegar las nuevas exhibiciones y una moderna reserva técnica.
Lo que se puede ver: Maquinas y herramientas de trabajo: algunas de las maquinas con que los colonos trabajaron el siglo pasado se conservan intactas, como el arado, el rastrillo, la hoz, la azada, y la pala. Elementos para el vino, licores y lácteos: el viñedo ocupaba una importante porción de la tierra y su cultivo se hacÃa tal como en Europa. Se conservan barriles, toneles y alambiques. Además, fabricaban licores de todo tipo, pues plantaban perales y durazneros. La fabricación de quesos y lácteos era una actividad cotidiana. Retratos: una vasta colección de retratos de inmigrantes con su familia reflejan la vida de trabajo o familiar. Los rostros severos, adustos, la mirada lejana y el seño fuerte muestran la estampa de quienes supieron vencer las distancias y las nostalgias y amasaron con sudor el porvenir de sus hijos. Atuendos y objetos personales: hay una gran selección de artÃculos personales ya que la mujer europea que vino a la Colonia sabÃa hacerlo todo. Con manos hábiles y prolijidad asombrosa, tejÃa, bordaba y cosÃa, junto a ala lámpara alimentada por kerosén. Documentos y archivos: el relato contado por los mismos inmigrantes, recogido en cartas familiares y colecciones de archivos suizos y argentinos aportan testimonios sensibles de la época. "Llegamos al puerto; se nos desembarcó en un bosque donde hemos quedado más de cuarenta dÃas esperando que se organicen para instalarnos en la colonia: a una legua del bosque, en uno de los más hermosos lugares que se pueda ver, en medio de vastas praderas de un admirable verdor de pastos en abundancia, el suelo fértil y un paÃs muy sano..." Antoine Bonvin (1857)
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